Esterilidad e infertilidad: causas y tratamientos

Por el Comité Editorial de Reproclinic

La esterilidad es un problema que puede afectar a ambos miembros de la pareja y se da cuando después de un año natural buscando el embarazo no se ha conseguido. Por otra parte, la infertilidad consiste en no conseguir llevar el embarazo hasta el parto, produciéndose abortos.  

Para planificar un embarazo y conseguir las mejores probabilidades de éxito, una de las primeras preguntas que debe hacerse la pareja es si está llevando a cabo un estilo de vida saludable. Este punto es de gran importancia, ya que estar por debajo del peso recomendable o con sobrepeso, el consumo excesivo de algunos productos como el café, el alcohol o el tabaco, pueden repercutir negativamente a la hora de concebir.

Son muchas las causas que pueden provocar la infertilidad esterilidad y la infertilidad. Aproximadamente en un 25% de los casos se debe a una causa masculina. Entre estas las principales son la baja producción (oligozoospermia) o nula producción (azoospermia) de espermatozoides. Otras causas pueden ser la falta de movilidad y las alteraciones de la forma de los espermatozoides.

Otro 25% se debe a causas femeninas. El factor femenino es mucho más complejo: baja cantidad de óvulos en los ovarios (baja reserva ovárica), baja calidad de los mismos habitualmente relacionada con la edad de la mujer, alteraciones orgánicas en útero o en las trompas, ausencia o irregularidad en las ovulaciones, trastornos hormonales, enfermedades inflamatorias en los ovarios como la endometriosis, etc.

Hasta en un 30% la causa es mixta, es decir alteraciones en ambos miembros de la pareja. Y lo más sorprendente es que en hasta un 20% de los casos no se llega a un diagnóstico tras la primera valoración.

 

¿Cómo afecta la infertilidad según la edad?

Para una pareja saludable menor de 30 años, las probabilidades mensuales de concebir manteniendo relaciones sexuales con regularidad son de entre el 25% y el 30%. Este porcentaje va disminuyendo conforme avanza la edad y también si existe algún problema de salud. La edad más fértil para una mujer es entre los 20 y 25 años. La calidad de la reserva ovárica comienza a disminuir a los 34-35 años y empeora drásticamente a los 38 reduciendo sus posibilidades de quedarse embarazada y de tener un bebé sano.

Con el ritmo de vida actual, cada vez es más común retrasar la edad de tener hijos y los problemas para concebir aumentan. Por suerte, hoy en día, los avances de la medicina nos ofrecen numerosos tratamientos para ayudar a aumentar la posibilidades de concepción. Aunque no debemos olvidar que lo aconsejable es no posponer la maternidad hasta edades avanzadas, dado que durante el embarazo pueden aparecer más complicaciones.

 

¿Qué tratamientos existen para tratar la infertilidad?

Como se mencionaba anteriormente, existen diversas causas que pueden afectar a la fertilidad y llevar un estilo de vida saludable es imprescindible para aumentar las posibilidades de éxito en la fecundación. Cada vez se investigan más estas causas y sus posibles soluciones. Con los avances médicos y la creación de centros especializados para tratar los diferentes problemas, existen tratamientos para muchas de estas causas, pudiendo ayudar a los futuros padres a conseguir su tan deseado positivo.

Los tratamientos más utilizados para que una mujer pueda concebir van desde la congelación de óvulos en edad fértil para posponer la maternidad, la estimulación ovárica, el uso de semen y óvulos de donante, entre muchas otras técnicas.

En Reproclinic se ofrecen diversas soluciones según el caso, desde la Inseminación Artificial, un proceso más natural comparado con la fecundación in vitro, hasta la vitrificación de óvulos o la congelación de semen.

 

¿Qué diferencia hay entre los tratamientos?

Para parejas con problemas de infertilidad, mujeres solteras o con pareja femenina idealmente en una franja de edad menor de 38 años, la Inseminación Artificial (inseminación artificial) es un método no invasivo que se asemeja a una fecundación natural. La diferencia entre la Inseminación Artificial y la Fecundación in vitro (FIV) es que, por un lado, en la primera se introduce el esperma directamente en el útero, tanto si es de la pareja como de donante. Este proceso no necesita hospitalización ni sedación y la paciente puede hacer vida normal después de 10 minutos de reposo en consulta.

Por otro lado, en la fecundación in vitro (FIV), la creación del embrión se realiza en el laboratorio después de haber extraído el óvulo del cuerpo de la mujer y haber obtenido la muestra de semen. A continuación, una vez creado el embrión se transfiere al útero de la mujer aumentando considerablemente las posibilidades de quedar embarazada en comparación con el método natural o la Inseminación Artificial.

Los problemas de fertilidad afectan a millones de personas en el mundo, sin embargo gracias a los profesionales de medicina reproductiva y sus avances en este campo, la mayoría de mujeres y parejas pueden hacer realidad su sueño.

 

Directora Médica en Reproclinic
Especialista en Obstetricia / Ginecología y Medicina Reproductiva