1. Ser transparentes con nuestra situación y sobre cómo nos sentimos
2. Preguntar todo lo que necesitemos saber (¡no hay preguntas tontas!)
3. Expresar nuestras necesidades para que el profesional tenga una guía de como dirigirse a nosotros
Los procesos de RA implican muchas dudas, incertidumbre, muchas emociones y a veces pueden alargarse en el tiempo. Es muy importante que exista un buen vínculo tanto con el/la ginecólogo/a como con el resto del equipo que nos va a acompañar durante el proceso. Si nos sentimos seguros, confiados y cómodos con el equipo, esto repercutirá positivamente en nuestro bienestar emocional.
Deberíamos ser transparentes con nuestra situación y sobre cómo nos sentimos, para que nos sintamos más comprendidos.
Preguntar todo lo que necesitemos saber, entendiendo que no hay preguntas tontas. De esta manera, nos sentiremos con la libertad de aclarar dudas y tomar mejores decisiones.
También es interesante expresar nuestras necesidades para que el profesional tenga una guía de como dirigirse a nosotros. Un ejemplo sería, pedir al profesional que me vayan explicando lo que hacen mientras me hacen una exploración para no sentir tanta ansiedad, o bien que nos explique todo con mucho detalle para sentirnos más preparados a la hora de tomar decisiones.