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Por el Comité Editorial de Reproclinic
¿Te gustaría ser madre pero aún no has encontrado a tu pareja ideal o sientes que no es el momento? La vitrificación de óvulos es tu solución y cada vez, la de más mujeres. Con esta técnica de reproducción asistida alargarás tu reloj biológico y podrás hacer uso de tu fertilidad cuando desees. Te damos todas las claves para que te informes rápidamente de todo lo que hay que saber sobre la congelación de óvulos.
La edad más recomendada es antes de los 35 años porque la reserva ovárica es aún abundante y los ovocitos conservan su calidad.
Este dato es general porque cada persona tiene su propio reloj cronológico. Puede ser que una mujer de 26 años tenga una reserva ovárica de calidad baja y que una mujer de 40 alta. Por este motivo es imprescindible contar con la ayuda de profesionales cualificados que analicen cada caso de forma individualizada.
El número de ovocitos recomendables para vitrificar y poder posponer la maternidad con las máximas garantías de embarazo son de unos 10-15 ovocitos en mujeres por debajo de los 35 años. En mujeres de entre 35-37 años se aconsejan más ya, que una buena parte de ellos producirán embriones con alteraciones cromosómicas. En estos casos, se aconseja realizar un diagnóstico genético preimplantacional (analizar el número de cromosomas de cada embrión) para así poder transferir aquellos con la dotación cromosómica correcta (sanos).
El proceso de congelación de óvulos consiste en etapas diferenciadas.
La primera etapa consiste en el estudio y orientación médica. Es necesario acudir a un especialista en medicina reproductiva, ya sea de forma presencial o por videoconferencia. En esta primera visita, el doctor a través de diversas preguntas, conocerá el caso del paciente en profundidad y le informará sobre el procedimiento a seguir resolviendo todas las posibles dudas. En una segunda cita se elaborará un informe detallado para que el paciente conceda su consentimiento para tratarle.
La segunda etapa de la vitrificación se basa en la estimulación ovárica. Esta consiste en la administración diaria de hormonas para estimular los ovarios y tiene una duración aproximada de 10 días. Cada 3 o 4 días se debe visitar la clínica para realizar un seguimiento del crecimiento folicular mediante ecografía y una analítica de sangre.
La tercera etapa es la descarga ovulatoria. Cuando los ovarios están estimulados se administra otra hormona para inducir a la ovulación.
La cuarta etapa es la punción folicular. Una pequeña intervención quirúrgica realizada bajo sedación profunda, cuyo objetivo es obtener los óvulos de los ovarios de la mujer. Es un proceso fiable y seguro.
La quinta y última etapa del proceso es la vitrificación de los óvulos. Esta parte se realiza ya en el laboratorio de Fecundación In Vitro. Una vez obtenidos los óvulos, se prepara todo en el laboratorio para su vitrificación. Para ello se somete al ovocito a concentraciones altas de crioprotectores para deshidratar el ovocito y evitar la formación de cristales de hielo que podrían ser dañinos. A la vez que realiza una bajada de temperatura muy rápida hasta los -196 grados centígrados en pocos segundos.