Por el Comité Editorial de Reproclinic
El embarazo y el nacimiento de un bebé son, sin duda, uno de los momentos más emocionantes de la vida. Una época llena de planes, esperanza, ansiedad y alegría. .... Por eso nadie está preparado para recibir una noticia tan terrible.
En Reproclinic sabemos que el dolor de perder un bebé, ya sea durante el embarazo o recién nacido, es innegable. Es un duelo interno que las familias tienen que soportar y que no podemos ignorar.
Y, dependiendo de las circunstancias de la pérdida, revivir el proceso puede estar lleno de miedos y dudas de que vuelva a ocurrir lo mismo.
Incluso hay situaciones en las que las propias pacientes no desean implicarse emocionalmente con el nuevo bebé por miedo a que se repita la situación, y pasan el embarazo bloqueadas sin poder conectar con su hijo.
En momentos como estos, el apoyo de las personas que les rodean directamente se antoja fundamental. Mostrar un apoyo total en estados de desánimo requiere una atención especial.
Hay situaciones en las que, con la mejor intención, no podemos evitar comentarios que nos traigan recuerdos de la pérdida, creando un mayor desgaste emocional. No debemos olvidar que los recuerdos o la experiencia dolorosa sufrida son algo que no se puede explicar si no se ha vivido en primera persona.
En estos casos, el apoyo emocional es muy importante, tanto en el proceso posterior a la pérdida como a la hora de afrontar la búsqueda de un nuevo embarazo.
Durante todo este tiempo, hay toda una montaña rusa de estados de ánimo. Un montón de emociones que hay que gestionar y canalizar de la mejor manera posible, y eso no siempre es posible sin ayuda profesional.
¿Cómo se afronta la pérdida del embarazo y la muerte neonatal?
Hay un dicho sobre el duelo y la pérdida... Cuando una persona pierde a su padre o a su madre, se dice que es huérfana, cuando un marido o una mujer pierde a su pareja, se dice que es viudo/a, pero cuando una madre/padre pierde a sus hijos, no hay nombre para ello..., y ese nombre no existe porque el dolor de perder a ese hijo es insoportable..... Y puedo decírtelo porque yo he pasado por eso y esta pérdida es algo que llevaré conmigo el resto de mi vida.
Octubre es el mes de la pérdida de recién nacidos y niños, y no importa lo avanzado que esté el embarazo, cuando ese embarazo se pierde, ese bebé, ese niño es una vida que se ha ido, puede ser un aborto espontáneo de pocas semanas, o un bebé que nace muerto. Yo he tenido las dos cosas y pensaba que no podía seguir viviendo porque este dolor no tiene nombre.
Me llamo Mónica Bivas, soy madre de un mortinato, y una guerrera de la FIV y coach de fertilidad. El 10 de octubre de 2010 (estaba en mi tercer ciclo de FIV), estaba de 39 semanas cuando mi niña Isabelle dejó de moverse en mi vientre y murió por un coágulo de sangre en el cordón umbilical. Tuve que ir al hospital para dar a luz a mi hija muerta, todo salió mal, lo que significó un viaje al hospital y volver a casa con un bebé en brazos listo para ser alimentado con leche materna, y las largas noches sin dormir se convirtieron en una pesadilla que no le desearía a nadie en esta vida.
Sí, mi cuerpo estaba preparado para alimentar a un bebé, y mi leche no paraba de fluir, y mis noches en vela eran así, no porque el llanto de mi bebé me despertara, sino porque me despertaba llorando por su ausencia, no podía soportar la sensación y la realidad de ver esa cuna vacía junto a nuestra cama. Esperaba que todo lo que estaba viviendo en ese momento fuera un mal sueño, una pesadilla en la que me despertaría hijo y simplemente dejaría pasar que eso era todo: "Un mal sueño".
Pues no lo era, era real, y de alguna manera tenía que afrontarlo y encontrar la manera de intentar aprender a seguir viviendo sin mi pequeña. Tuve que encontrar la manera de vivir con ese dolor y con todo lo que no sería: sus cumpleaños, sus vacaciones, su llanto, su balanceo, su primer paseo, su primer día de colegio, su bat mitzvah, cada momento que no me pertenecía a mí sino que pertenecía a Dios.
Estaba en negación, no quería vivir y esa es la pura y simple verdad, pero al mismo tiempo tenía a mi marido, a mi hija Eliyah, a mi nuera Daniella y a mi madre, que me recordaban que de alguna manera tenía que darme cuenta de que me necesitaban, Que Isabelle no quería que mamá estuviera perdida y siguiera sufriendo, Algunas parejas necesitan terapia, otras se curan apoyándose mutuamente, otras siguen teniendo seres queridos a su alrededor hasta que el tiempo cura, pero esa cicatriz siempre estará ahí.
Lo que he hecho para llegar a donde estoy ahora es un proceso largo, no es fácil, es doloroso, pero cuando lo reconocemos y somos conscientes de ello, empezamos a dar pequeños pasos hacia la curación y la recuperación, aunque en ese momento ni siquiera nos demos cuenta de que lo estamos haciendo. Es normal sentirse derrotado, culpable, pensar que hemos hecho algo mal... de nuevo, esto forma parte del proceso y cada uno de estos sentimientos son pequeños pasos hacia la curación. Recuerda siempre que no reconocemos nuestra fuerza interior, paciencia y perseverancia hasta que perdemos a un ser querido (esto lo aprendí de mi preciosa amiga Melo García, que pasó por el mismo dolor).
No niegues lo que sientes, tienes derecho a sentir lo que sientes, que es dolor y cuando estamos en duelo estamos sanando, recuérdalo siempre. Como he dicho, el dolor está ahí y siempre tendrás esa cicatriz en tu alma y en tu corazón, pero lo superarás cada día, eso no significa que lo superes, sino que vivirás con ello, que es lo que marca la diferencia. Mi mortinato y aborto espontáneo (que fue mi cuarto ciclo de FIV) a las 7 semanas me ayudó a redefinir mis metas y visiones para la vida, y ese dolor que soporté es ahora la meta que me puse para ayudar a otros a recorrer el camino de la infertilidad, el duelo y la pérdida, mi hija es mi guía, la luz para la meta que hoy persigo.
Os dejo con un bonito recordatorio de mi amiga Melo García: "En el momento en que me di cuenta de lo larga que iba a ser el resto de mi vida sin ti, fue cuando supe que te echaría de menos y te necesitaría el resto de mis días, TODO LO QUE HAGO ES EN HONOR A TI" ...y yo añado: "PORQUE TÚ ERES ESA LUZ E ILUMINACIÓN QUE ME MANTIENE EN EL CAMINO ....".