14 Sep La carga emocional en los procesos de ovodonación
Sea cual sea el tipo de tratamiento, la RA conlleva una carga de emociones, tanto positivas como negativas. Pero cuando una mujer o una pareja tienen que recurrir a la donación de óvulos, la carga emocional puele ser aún más pesada.
A menudo sentimos una mezcla explosiva de emociones como:
– La esperanza: la donación de óvulos no es una elección fácil, pero para algunas mujeres puede representar la única oportunidad de cumplir su deseo de ser madre – a menudo, tras numerosos intentos y tratamientos de fertilidad.
– El miedo a la decepción, ligado a la incertidumbre sobre el éxito del proceso, suele añadir una carga emocional adicional a esta esperanza. La reacción de muchas mujeres en esta situación es la autoprotección: consciente o inconscientemente, se prohíben esperar un resultado positivo y proyectarse en un posible embarazo, para protegerse de la decepción en caso de resultado negativo.
– Tristeza y sentimiento de pérdida: recurrir a la donación de óvulos significa lamentar la pérdida de la propia genética y del «»hijo biológico»». La capacidad de la mujer para dar vida se ve afectada, y a veces puede perder la confianza en sí misma y en su cuerpo.
– Culpabilidad: una emoción que está muy presente en todos los procedimientos de RA (sobre todo para las mujeres), pero que adquiere una dimensión muy especial en el caso de la donación de óvulos. Muchas mujeres tienen la creencia (injustificada pero desgraciadamente muy presente) de que, si tienen que reccurir a los ovocitos de una donante, es porque han esperado demasiado para ser madres, o que no se han cuidado lo suficiente, etc. Esto puede llegar hasta la creencia destructiva de que quizás no están hechas para ser madres.
Además de estas emociones, muy presentes durante el proceso, están los miedos al futuro:
– El miedo, común a muchas mujeres que se someten a la donación de óvulos, a no crear un vínculo con el bebé, a no quererlo lo suficiente (o no tanto como si hubiera sido un hijo biológico)
– Miedo al juicio social: ¿Lo entenderá la gente? ¿Lo van a aceptar? ¿Y si el niño sufre estigmatización o comentarios negativos por la manera en la que fue concebido?
– Miedo a que el niño sea infeliz y tenga dificultades para desarrollar su identidad (miedo a que también nos guarde rencor por ello)
– Miedo al rechazo del futuro hijo, cuando se dé cuenta de que no comparte la misma carga genética que su madre. Miedo también a que el hijo quiera conocer algún día conocer sus «»orígenes»» (lo que no es posible en España por el principio de anonimato en la donación de gametos)
– Por último, el miedo a lo desconocido: ¿Cómo será el niño? ¿Será guapo? ¿Será inteligente? ¿Y si tiene una enfermedad genética?
Estas emociones y estos miedos son normales y naturales – una vez más, la donación de óvulos implica un duelo, y aunque ésta sea LA solución para ser madre, el duelo no siempre es tan fácil. Trabajar con un terapeuta (psicólogo o coach) puede ser de gran ayuda para comprender y aceptar estas emociones, afrontar estos miedos y lidiar con ellos de forma más eficaz.
Aprender sobre la epigenética también puede ayudarte a avanzar en tu duelo. La epigenética demuestra que el vínculo entre madre e hijo no depende únicamente de la genética, sino que también influyen factores epigenéticos y las interacciones tempranas entre madre e hijo. El mismo embrión no crearía el mismo bebé (y, por tanto, la misma persona) si se transfiere al útero de una mujer u otra.
– En primer lugar, porque durante el embarazo la epigenética desempeña un papel crucial en el desarrollo del feto y en la regulación de la expresión y función de los genes en respuesta al entorno materno y otros factores externos;
– En segundo lugar, porque la educación, los valores, el entorno familiar y las experiencias vividas también desempeñan un papel fundamental en el desarrollo de una persona. La transmisión de la madre al hijo va mucho más allá de la genética, y lo mismo ocurre con el parecido: un niño puede parecerse a su madre no por los rasgos de su cara, sino por sus gestos, su forma de hablar o de sonreír, etc.
En resumen, la epigenética añade una capa de comprensión a los miedos y preocupaciones asociados a la donación de óvulos, subrayando la importancia de considerar tanto los aspectos genéticos como los epigenéticos en el desarrollo y el bienestar del futuro hijo.
Recibir apoyo para llevar a cabo esta reflexión es muy importante para tomar una decisión informada y consciente, y para hacer frente a cualquier preocupación emocional que pueda surgir a lo largo del proceso.
Más información en www.stephanietoulemonde.com