17 Ago ¿Constituye la COVID19 una amenaza para la fertilidad masculina?
El virus SARS-CoV-2 y la COVID-19 son entidades con una afectación masiva de la población y una elevada transmisibilidad, que han provocado que en un tiempo de evolución extremadamente corto se haya generado una emergencia de salud pública sin precedentes. A pesar de la enorme propagación y de la dimensión de la afectación, los conocimientos existentes sobre los efectos adversos que el SARS-CoV-2 pudiera tener sobre la salud reproductiva masculina, a corto y a largo plazo, son muy limitados.
La infección viral presenta un período de incubación de la enfermedad de cinco días de media (entre 2 y 14 días). En el curso de la enfermedad se ha descrito una primera fase de respuesta viral de la infección y, posteriormente, una fase de respuesta hiperinflamatoria. La clínica predominante es la respiratoria, aunque se ha observado la alteración de múltiples órganos y sistemas, e incluso clínica compatible con orquitis (inflamación testicular).
La presencia de la enzima ACE2 puede ser uno de los principales determinantes de la susceptibilidad de las células a la infección por SARS-CoV-2 y la puerta de entrada del virus en la célula. La ACE2 se expresa en diferentes tejidos humanos como los pulmones, los riñones, el cerebro, el endotelio vascular y en especial el intestino delgado y los testículos. Por ello, aunque es lógico que la atención se centre correctamente en los sistemas de órganos vitales (pulmón, riñón y corazón), que son vulnerables al ataque viral y contribuyen a la patología aguda asociada con esta enfermedad, no debemos perder de vista el hecho de que la COVID-19 atacará cualquier tipo de célula del cuerpo que exprese ACE2, incluidos los espermatozoides humanos.
Se ha evidenciado en las células testiculares que producen espermatozoides un porcentaje similar al de células pulmonares que están implicadas directamente en la patogénesis de la COVI-19. Parece también, que la expresión de ACE2 en el testículo es inversamente proporcional a la edad del varón; así, el máximo nivel de expresión de ACE2 se registraría en individuos de 30 años, por lo que los convertiría en más susceptibles a los efectos del SARS-CoV-2, constituyendo una evidente amenaza para su fertilidad.
En Reproclinic hemos observado varios varones jóvenes que, tras pasar la COVID-19 sin aparentes síntomas generales y ninguna manifestación genital, han presentado una reducción considerable del recuento espermático. De momento, no podemos establecer un patrón, ni sabemos por qué afecta a unos varones y a otros no. Lo que sí podemos afirmar es que la enzima ACE2 parece desempeñar un papel clave en la formación de espermatozoides, ya que los niveles testiculares de esta enzima son significativamente inferiores en los varones que presentan alteraciones severas en la producción, respecto a aquellos con formación de espermatozoides normal. También se ha observado que las hormonas sexuales masculinas disminuyen en los pacientes afectos de COVID-19 en el momento del ingreso en la UCI, destacando la presencia de niveles bajos de testosterona y dihidrotestosterona. Sin embargo, este fenómeno podría estar más ligado al estrés provocado por la situación o a otros síntomas ligados a la propia infección.
¿Es esta disminución de la producción espermática un fenómeno transitorio y, por lo tanto, reversible?
Aún no lo podemos afirmar. Estamos esperando los resultados de nuestros pacientes y de los estudios que se están realizando en otros centros de reproducción en el mundo, para poder evaluar la capacidad de recuperación de los testículos ante el impacto del virus SARS-CoV-2. Desconocemos cuando y en qué medida recuperarán su función espermática.
Si tenemos la evidencia de que la COVID-19 puede alterar la producción espermática, ¿cómo deberíamos proceder?
No es una situación que deba crear alarma, aunque, si eres varón en edad fértil y has pasado la COVID-19, te recomendaríamos:
- Hacer un seminograma (evaluación del número y calidad de los espermatozoides)
- Hacer una visita con el andrólogo. Sus consejos sobre hábitos de vida, alimentación y tratamientos pueden acelerar la recuperación.
Si aún no has pasado el COVID-19, ¿por qué no congelar tus espermatozoides?
Preservar tu fertilidad te asegurará poder tener descendencia independientemente de, si más adelante, presentas una disminución de tu producción espermática, ya sea por el COVID-19 o por otro problema de salud. En el mundo de la fertilidad, prevenir es una buena estrategia.
Actualmente, desconocemos el impacto real y las consecuencias reproductivas de la infección por el virus SARS-CoV-2 en el varón joven. Sin embargo, debemos resaltar la evidencia de que el sistema reproductor masculino constituye un objetivo vulnerable por la infección del virus y, por ello, debemos permanecer atentos a la posibilidad de que pueda inducir alteraciones de la fertilidad masculina, generando una disminución, reversible o no, de la producción espermática.